El mítico Bar Velódromo, abierto por primera vez en en los años 30 y lugar historico en la ciudad condal volvio de la mano del grupo Moritz.
Local de estilo art-déco compuesto por dos niveles -más un tercero subterráneo para la cocina-, con respeto al mobiliario de antaño, molduras, barandillas, e incluso un billar.
Carta a base de tapeo populares con la mano del chef Jordi Vila (Alkimia) y desayunos de tenedor.
En las tapas, buenas minibombas de patata y carne, magníficas croquetas de jamón y pastrami.
En el plato, amplia gama de huevos estrellados -se llevan la palma con butifarra del perol entre otras.
Servicio voluntarioso pero pero lentos, mejor ir sin prisa.
Servicio voluntarioso pero pero lentos, mejor ir sin prisa.
Local donde especialmente de noche para ver y ser visto.
Carrer de Muntaner, 213, Barcelona
Vaig estar fent un esmorzar de forquilla (bons i ben servits els ous) no fa gaire temps, i em va servir per recordar els vells temps en el que era un lloc d’obligat coneixement i en el que habitualment es quedava per començar (o continuar) la nit.
ResponderEliminarNo tenia ni idea que era de la Moritz, ni de que la carta era obra de Jordi Vilà...
Salutacions!
Efectivament els ous els fan bonissims i al seu punt, tinc que anar a fer un esmorzar de forquilla.
ResponderEliminarSalut !!!!!